Sunday, September 16, 2007

Ya se fueron Doña Soco.

Pocas veces Doña Soco compraba algo en la tienda.
Llegaba, saludaba, preguntaba por algún artículo del que ya sabía que no había en existencia, revisaba otro con mirada crítica y nariz fruncida, lo olía, lo medía, revisaba la fecha de caducidad, me preguntaba si ya lo había yo probado...
-Si Doña Soco- cabeceaba yo sin que se dignara mirarme.
-Pues ni modo, me voy a llevar "esto" a ver si nos gusta, porque estamos acostumbrados a otra marca mejor, a la más cara....
-Bien Doña Soco..

En esas estábamos cuando:"¡No se muevan, es un asalto!"
Eran dos pelafustanes, uno armado con una pistolilla al parecer calibre 22 y el otro sin nada.

¡Jesús, María y José¡ exclamó Doña Soco cuando el desarmado la empezó a esculcar en sus partes pudendas a ver si había escondido el dinero. Pero no. Doña Soco nada más traía un monederito con sus llaves y unas pocas monedas. Creo que no hubiera alcanzado ni a pagar por aquel artículo que llevaba y que tanto despreciaba.

¡Orale vieja jija da pa´lla y pa áca! Metase allá adentro. Y la encerraron en el patiecito trasero de la tienda poniéndole el picaporte.

Regresaron conmigo. Se llevaron el poco dinero que había en la caja, unas cajetillas de cigarro, dos billetes de a veinte mochos y creo que nada más...

Se fueron los limosneros con pistola y yo seguí con mi trabajo.
Atendí a más clientes que llegaron después, acomodé los refrescos en los refrigeradores, barrí y ya iba a trapear cuando...¡Doña Soco! Se me había olvidado que estaba encerrada.

La encontré repechada en unas cajas vacías de refresco, con los ojos llorosos y las manos entrelazadas como tronándose los dedos.

--Ya, Doña Soco. ya se fueron..

-¡No vuelvo a venir a su maldita tienda¡- me gritó cuando a grandes zancadas ganó la salida.

Me quedé pensando: Bueno, algo salí ganando yo también.

Don Isra..

Sunday, September 09, 2007

Aprendices de asaltante.

De los once asaltos a mano armada que que he sufrido(?) solo tres de ellos tienen algo que merezca contarse. Los otros han sido simples asaltillos con el consabido:"Arriba las manos, esto es un asalto bla, bla,bla....."

A las ocho de la noche tomé el autobús en Lázaro Cárdenas Mich. rumbo a Guadalajara. En Arteaga se bajó un pasajero y aunque el chofer tenía órdenes de no subir a nadie en el camino por lo repetido de los asaltos por aquellos rumbos, se dejó convencer de un par de jovenzuelos que le rogaron y le rogaron dizque porque tenían que entrar temprano a su chamba o a la escuela (no supe) en Nueva Italia.
¡Andele, por favor es que se nos hizo tarde.....!
--Bueno pues, pero uno de ustedes se va hasta atrás y el otro se queda aqui junto a mi, para evitar sorpresitas--
Díjoles el chofer dándoselas de perspicaz y conocedor de las tácticas de los amantes de lo ajeno. Y ahi vamos, unos cabeceando otros roncando y de pronto....

¡¡Pummm!! un balazo dentro del camión y el grito del que iba adelante:¡¡Es un asalto!! ¡Para el camión! '¡No,
no lo pares! ¡Dale aquí a la izquierda! ¡No por la derecha, por aquella brecha! ¡Prende las luces! ¡No, no las prendas todas! ¡Nomás las chiquitas! ¡Esas no! ¡Las del piso!.
El otro asaltante que venía hasta atrás, ya se había incorporadao a la alegata, pero como simple espectador, portando un cuchillito en la mano y esperando seguramente que el camión se detuviera en aquella brecha para comenzar su labor.
Mientras se ponían de acuerdo chofer y asaltantes, nosotros los pasajeros aprovechamos para esconder dinero, relojes, cadenitas, esclavas y cosillas de valor y esperamos paciente y resignadamente ser asaltados por aquel par de ineptos.

Por fín, el autobús se detuvo y en aquella semioscuridad que había ordenado el de la pistola que ahora apuntaba a la cabeza del chofer, el del cuchillo se dedicó a recolectar por riguroso orden numérico de los asientos lo que buenamente habíamos dispuesto que se llevaran. Fué una especie de cooperacha pues....
¡Ah! para esto, el cuchillero al que todos habíamos visto al subirse al camión y rogarle al chofer que los llevara, ya se había puesto un pasamontaña. ¡Haiga cosa! dijera Piporro...

Terminado que hubo el evento, se bajaron y con voz amable le dijeron al conductor:
Ira, siguele por aquí derechito y vas a salir a la carretera eh?

Se perdieron en el monte y volteando hacia nosotros el chofer pregunto: ¿Alguno de ustedes quiere que lleguemos a Nueva Italia a hacer la denuncia?.

¡Dale ya, hombre.Que denuncia ni que denuncia!
Y seguimos el viaje unos roncando y otros cabeceando...

Don Isra..

Sunday, September 02, 2007

De heroes y cañones.

¿Deveras existió el "Niño artillero"? aquel que durante la intervención francesa y ante un ataque de los galos que ya habían diezmado a los paisanos, se encontró oye tú, un cañon destartalado; pues ándale que ni tardo ni perezoso lo voltea, lo carga, lo apunta y....¡¡¡Tarrandán!!! caidero de franchutes.

¿Y la "Cureña Humana"? (Suena a espectáculo circense, pero no..)

Como con el niño artillero, los franceses nos estaban poniendo una cueriza y pos no, no había modo de detenerlos.
Pero aparece (¿otra vez?) un cañón también destartalado (¿no sería el mismo?) pero éste sin la base (cureña).
¿Como le hacemos? ¿Como diablos le hacemos...?

¡¡A ver ustedes diez..¡¡¡ (Gritó el futuro héroe poniéndose a gatas)

¡¡¡Subanme ese cañón al lomo, amarrenmelo bien por debajo de las verijas, prendanle a la mecha y haganse a un lado porque no los quiero charpiar!!! (de sangre supongo yo).

Y...¡¡¡¡BUUUUMMMMM!!!! Chuza...

Como debía de ser, no quedó ni un invasor; pero tambien del que en la historia figuraría como la "Cureña Humana" solo encontraron la correa de un huarache.

¿Deveras existieron? ¿Deveras fueron así las proezas?

Y hay muchas más de esas....

Don Isra..