Saturday, February 10, 2007

Don Cuentin.

Se llamaba Quintín, Quintín Velázquez y era el Administrador de Telégrafos en Coalcomán Mich. allá por el mil novecientos ochenta y tantos.
Nació allí cerquita en el pueblito entonces llamado Chinicuila y ahora Villa Victoria y era famoso en toda la región por sus ocurrencias y sus bromas que le granjeaban no pocas enemistades y muchas pero muchas mentadas de madre.
Era ágil de mente y aprovechaba cualquier situación para armar sus travesuras las que disfrutaba a plenitud con sonoras carcajadas que hacían trepidar su pancita.

Un día vendió la oficina de Telégrafos.

-Oye Quintín, pos tienes buen negocito aquí. Ira, nomás en el ratito que estoy aquí te han caído clientes que los cien, que los cincuenta (eran usuarios que iban a depositar giros a otras ciudades) ¿Pos como cuanto le sacas al día tú?-
El que esto preguntaba era un tal Don Amador, señor cincuentón, vecino del lugar pero recién llegado del norte del que se decía que le había ido muy bien y que quería poner un negocito para ya no tener que irse.

Hacerle una pregunta asi a Don Quintín era mortal de necesidad.

-No, pos como en todo, hay días buenos y días malos, pero vamosle poniendo quinientos de promedio....
-¡Adió!
-Si tú Amador, pero la mera verdá ya estoy muy cansado.Ya voy pa´ los veintitantos años aquí y pos ya el cuerpo no es el mismo, ya me cuesta trabajo seguirle entendiendo al ruidito este. Si no fuera aquí por los muchachos (el telegrafista y el mensajero, que conociendo a Don Quintín le hacían segunda) ya hubiera aventado el arpa tú Amador....
-¿Y luego, que no lo puedes rentar o vender?.
-No pos si tú Amador, lo andaba tratando con un señor de Colima, pero pos ya no ha venido ni ha dicho nada...
¡Adió! ¿Y en cuanto se lo pusiste?.
-Lo que yo quiero es ya dejarme de esto tú Amador, se lo puse barato, en quince mil pesos.
-¿Quince mil? ¿Y por ese dinero que entregas?
-Todo, todo tú Amador. Lo que miras aquí. Aparatos, máquinas, papelería,muebles, todo pues...
-A ver, a ver. Pero si el que lo quiera comprar no le entiende al ruidito como tú, entonces que?
-No te estoy diciendo tú Amador, se queda todo, todo se queda, también los muchachos. Ellos ya le entienden bien al negocio ¿Verdad Toño, verdad Juan de Dios?.
-Seguro Jefe, ya sabe...

¿Quince mil dijiste? Perame tantito, orita vengo...

-¡¡Señor Cura, señor Cura, de los centavos que le dí a guardar empresteme quince mil, pá un negocio que se me proporciona orita!!!

-¿Quince mil? ¿Pues que negocio es ese tan caro Amador?

-No señor Cura no stá caro. Fíjese que ora sí agarré horcado a Quintín. Me va a vender los telégrafos con todo y todo por esos centavos. ¿Como vé?

-¡Ay Amador..¡¡Como eres pendejo!!

Don Isra...

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