Sunday, June 19, 2005

Rigor Mortis

Cofradía de Juárez en Colima era un caserío sin trazos definidos de calles, salvo las que rodeaban a la placita no estaban ni siquiera empedradas, era un terregal.......
Aunque el río pasaba cerca en el pueblito escaseaba el agua.
En la noche ponía una cubeta debajo de la llave y salía un hilito de agua que lograba llenarla hasta la mañana siguiente. Eran baños vaqueros los que me daba y aprendí a cuidar el agua como si fuera oro líquido

El piso de la casita donde estaba la oficina de Telégrafos era de cemento bastante agrietado, con una abundante población de bichos entre los que no faltaban los alacranes.
Llegué un jueves. Como no se trabajaban las guardias (sábados y domingos) me quedé dos días en el sillón de administrador el que para trabajar sentado era bastante cómodo pero para dormir presentaba serias deficiencias.

El fín de semana me vine a Guadalajara con la firme idea de conseguir un catrecito que pusiera distancia entre los bichos y mi humanidad. Por angas o por mangas no se pudo, pero mi ángel de la guarda (al que le debo aumento de sueldo desde... Uhhhhhh) ya estaba tomando cartas en el asunto.

En el frente de la oficinita había un letrero con la leyenda "TELEGRAFOS" que al llegar el lunes en la mañana me encontré tirado;se habrá caído, lo habrán tumbado vaya usted a saber....
Desconcertado me quedé mirándolo, era de lámina maciza con refuerzos de madera en las orillas y el centro, medía como dos metros de largo por cincuenta centímetros de ancho. Mmmm...
¡Seguro, ahí estaba mi cama¡.

Tres sillas y el letrero fueron mi tálamo durante el mes y medio que estuve ahí.

Con las manos entrelazadas sobre el pecho y sin posibilidad de moverme, cualquiera que me hubiera visto en aquella posición seguramente me hubiera puesto cuatro velas y rezadome un responso.

Don Isra..

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