Parecemos hungaros....

Eramos una familia trashumante.
De Juchipila a Huanimaro,a Jalpa a Encarnacion de Diaz a Ameca.
Mi padre era Administrador de Correos y se movia con todo y familia buscando aumentar de categoria y consecuentemente de sueldo.
Y no era para menos, tenia que llenar la barriga de siete hijos.
En esos pueblitos no habia mudanzas; se conseguia una troca y su respectivo chofer y vamonos...
Llegabamos al nuevo destino entre la admiracion de la gente, la troca llena de tiliches y de muchachos desgreñados por el ventarron de la carretera. Me acuerdo que al llegar a Ameca un 15 de Septiembre de 1950 le dijo una niña a su mama señalandonos: "Ama, ama ire el circo"
Las casas donde se alojaban las oficinas de Correos y donde viviriamos eran grandes, con corredores, corral y unos cuartos enormes con unos techos de ladrillo y vigas de madera bien altos, pero como nuestras pertenencias eran, digamos austeras para no decir pauperrimas, sobraba bastante espacio.
Ahi en Ameca la cocina-comedor constaba del consabido pretil con sus hornillas para cocinar con leña o carbon, una mesa vieja del correo que estaba arrumbada y de sillas cajones de jabon marca "Ibarra" hecho en la cercana Cocula. Uno para cada uno de la familia, eso si.
Parecemos hungaros, decia mi madre...
Pero como estabamos chiquillos y no sabiamos que eramos pobres de solemnidad, eramos felices.

Don Isra.